19 Oct
19Oct

En los cursos de Reiki y con mis pacientes siempre les digo, que nosotros los terapeutas de Reiki son CANALES.

Todos están de acuerdo, y un “baño” de humildad, los cubre en ese momento….. Pero…somos canales?  Canales de que?

Según algunas culturas como Japón (Ki), China (Chi) o hindú (Prana), esta energía vital se encuentra en todas las cosas, todo es una expresión de energía. Rei es la luz, la conciencia que sustenta ese poder, el Shiva, el Ser, la inteligencia que vive dentro de todos y cada uno de nosotros, y en cada partícula de materia o energía. REIKI es el poder inteligente del cosmos, que se manifiesta a escala global.

 Un practicante de REIKI es aquella persona que está sintonizada conscientemente a esta fuerza universal y que por tanto se deja guiar por su sabiduría intuitiva. Su efecto terapéutico se produce cuando el practicante de REIKI dirige la energía vital universal al paciente, mediante una serie de imposiciones de manos, en las que el practicante coloca sus manos a pocos centímetros del receptor. 

 
Todos los que conocen el ámbito de las terapias energéticas saben bien que un terapeuta solo es el camino privilegiado elegido por la Corriente universal de vida para proponer la curación. Siempre les digo, “No soy yo el que sana” “Solo soy un canal”… Pero….Canal de que? Entonces quise investigar mas sobre el tema para utilizar las palabras “justas” y me encontré con el Manual “Así curaban ello” escrito por DANIEL MEUROIS-GIVAUDAN  y le “robaré” frases que me ayudaran a explicar el tema en cuestión,(recomiendo leerlo, si no lo tiene me lo pide )y al comenzar opina lo siguiente: 

“Por ejemplo, entre las personas que aplican la llamada pranoterapia, resulta obvio afirmar “No soy yo el que cura...”

 En efecto, no hay nada que añadir ante esta afirmación, excepto que, como tantas otras, se ha vuelto demasiado banal de tanto repetirla, sin comprender necesariamente lo que implica y exige por parte del terapeuta.”  

  • ¿CANAL DE QUE?

   Y continúa expresando algo que estoy totalmente de acuerdo. “Ser un canal durante un tratamiento, sí, por supuesto... ¿Pero canal de qué? Precisémoslo aun a riesgo de parecer prosaicos: un canal es un conducto, un tubo. Y todos sabemos que un tubo puede estar hecho de cobre, de plástico o de caucho... Puede ser de diferentes tamaños, puede estar sucio, tener agujeros o ser poroso. 

Puede, en definitiva, estar conectado a multitud de fuentes más o menos limpias... ¡incluso a fuentes no límpias en absoluto!” Así, si es fácil decir que se es canal de una fuerza superior, es mucho menos fácil serlo  realmente. 

Sin duda, esto no es nuevo. Los sacerdotes-instructores del Egipto antiguo y del Monte Karmel lo conocían bien, ellos constantemente orientaban a sus estudiantes en la vía del equilibrio, de la lucidez, de la auto-observación y de la sensatez, es decir, de la maestría.  El principio de la canalización era tan frecuente como hoy, incluso en un contexto terapéutico.

 En efecto, cuando se deja de sentir la técnica como un conjunto encasillado de elementos del que no podemos salir, ocurre algo en la conciencia del ser que abre la puerta a fenómenos, a Presencias a las que podemos dar todo tipo de nombres. 

Si hoy día se afirma que es uno u otro ser el que viene a curar a través de las manos de un terapeuta, en otro tiempo era Osiris, Neter, un gran faraón que ya había pasado al Reino de los Muertos o un ángel protector de la fraternidad esenia.

 El nombre importa poco en realidad, si es que hay nombre, ya que se trata mucho más de Principios vibratorios que de personalidades en el sentido humano del término. 

El problema no es ese, sino la manera en que en Principio es captado, orientado y ofrecido. Dicho de otro modo, todo depende del nivel de conciencia del terapeuta. Este nivel de conciencia implica un nivel de honestidad, de sencillez, de abandono, y evidentemente, de compasión. 

 No se inventa solo con la buena voluntad. Tampoco se crea por la suma de una larga serie de seminarios; se descubre pacientemente a través de la experiencia de la Vida y por la audacia de recorrerla sin fronteras. Se que las palabras nunca alcanzan para describir el ESPIRITU, los teólogos han escrito millones de páginas. Los Maestros de distintas disciplinas otras tantas y yo….yo  me conformo con dejar libre a tu imaginación este texto y tu en tu alma le pongas un final.    

 LUIS MIGUEL DEINO MASTER REIKI USUI TRADICIONAL NIVEL IV CENTRO SIGALIT  

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